Hay días que parecieran “comunes”; sin embargo, se transforman, te llenan de adrenalina, orgullo y pasión.
Hace unos días tomé un taxi, y como de costumbre, quedé hablando de deportes con el conductor, sin saber, que de aquella conversación nacería una de las historias más sorprendentes de todos los tiempos…
Hablábamos del mundial, de cómo milagrosamente Panamá logró ese espacio por primera vez en la historia.
"¡Yo estuve allí en las gradas populares!, manifestó el taxista, narrando con pasión cada detalle del juego, especialmente cuando Román Torres metió el gol que llevaría la Roja a Rusia.
Seguidamente, con la convicción de un devoto, el trabajador del volante relató lo siguiente. “Yo no tuve duda de que iríamos al Mundial; justo al pisar el estadio, le pedí el milagro al fantasma del Rommel”.
Confieso que quedé perplejo y con la incredulidad que me caracteriza reí.
Él continuó, seguro de lo que afirmaba y hasta con un aire de superioridad me dijo: “Compa, cómo usted que está en deportes no sabe que en ese estadio perdió la vida, en pleno juego, el precursor de la Marea Roja, él siempre apostaba con sus amigos afirmando que Panamá iría al Mundial antes de que él cumpliera 50 años de edad. Justamente en 2018, él cumpliría 48 años de edad, así que muchos perdimos un buen par de botellas, que hemos regado en el estadio pagando la apuesta”.
Ya había llegado a mi destino y yo apenas estaba procesando la información cuando se subió otro pasajero. Al voltearme para preguntarle el nombre del fantasma del Rommel, el taxista ya se había ido.
Pasaron días, y entre ocupaciones me distraje. Sin embargo, un periodista no olvida, investiga, y mi sorpresa fue tan grande cuando comenzó aparecer información que confirmaba la veracidad de lo mencionado por aquel extraño…
Confieso que mientras más encontraba, más me obsesioné con el tema, y así es como nace esta historia, que sin duda se convierte en la leyenda del fantasma del Romel.
Nuestro país, a través de nuestra selección nacional tiene lo que ningún otro; un fanático que ha dado su vida por ella, y cuya noticia circuló en su momento alrededor del mundo.
Algunos de los titulares decían “De la emoción del partido muere joven de ataque al corazón”... Y para morir de la emoción hay que amar mucho lo que se está viviendo, decían.
Historias como esta son las que hacen falta en Panamá para que nuestros jugadores se inspiren grandemente al darse cuenta hasta qué punto los fanáticos aman su selección, que incluso, en una época (1991), en la cual todavía no existía la “marea roja” como tal, Leonel Vásquez, panameño de tan solo 20 años, con su vida fue precursor de la misma.
De igual manera, se cae el mito de que los fanáticos más apasionados del fútbol, se encuentran en países mundialistas.
Leonel Vásquez era un joven muy noble, que abandonó sus estudios para trabajar y así poder rescatar a su hermanita menor de 10 años de edad, del último lugar donde se encontraba.
Al momento de su muerte, ambos vivían en un cuarto de madera, ubicado en el sector 32 de Nuevo Veranillo, en San Miguelito.
Era un domingo 12 de mayo, (coincidencia que el 12 representa a la fanaticada de la Marea Roja), cuando el joven Leonel Vásquez se dispuso asistir a las graderías populares de sol, del entonces Estadio Revolución en compañía de algunos amigos, para ver el partido entre Panamá y Honduras rumbo a la Copa de Naciones, de la Confederación Norte, Centroamericana y el Caribe de Fútbol.
El fantasma del Rommel representa al campesino, pues nació en un campo de Veraguas, representa a nuestros barrios populares, pues creció en San Miguelito, representa a la juventud, ya que solo tenía 20 años de edad, y representa la PASIÓN de la fanaticada, pues fue tanta la emoción que cuando Dely Valdés, metió el primer gol a Honduras, ganó Panamá, y perdió su vida… pero se convirtió en leyenda.